El pasado día 6 de septiembre, los titulares de la Archicofradía de la Esperanza, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza coronada, fueron trasladados desde la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán hasta su Basílica que se encuentra siguiendo el puente de la Esperanza, puente en el que cruza cada Jueves Santo los Sagrados Titulares de esta Archicofradía.
El lunes día 9 de septiembre por la mañana se abrieron las puertas de la Basílica y ofrecieron imágenes por las mismas redes sociales de la hermandad de la reapertura de la Basílica, así como algunos detalles que se encuentran el el altar mayor de la Basílica. El mismo lunes 9 de septiembre por la tarde, el Obispo de Málaga, Don Jesús Catalá, ofreció la misa de apertura de la Basílica.
La Archicofradía de la Esperanza ha contado con una obra del artista Javier Sánchez de los Reyes para encontrar una solución estética y funcional a esta situación.
El diseñador planteó un proyecto de adecuación y reforma del ábside de la Basílica que se inició a mediados de cuaresma y que ha concluido con la reapertura del templo el 9 de septiembre. Para plasmar esta obra se ha contado con el trabajo del artista y restaurador Francisco Naranjo, de Mº Ángeles Mulero y de José Antonio Jiménez. Mediante esta intervención se ha conseguido acotar las dimensiones del espacio resultante en el ábside original de la edificación a través de una estructura en la que se ha proyectado un mural pictórico. De esta configuración derivan cuatro grandes paramentos de 5.5 m de alto por 2.5m de ancho aproximadamente, separados por pilastras simples y con sección cóncava. Unidos conforman el semicírculo que constituye el ábside interior de la cabecera de la Basílica. De esta manera, la visión queda constituida en un lienzo mural inspirado en las basílicas bizantinas del mediterráneo oriental o las medievales existentes en el área de Sicilia de clara influencia normanda. Una composición artística basada en la técnica del estofado y en la que prevalecen los tonos dorados.
En los grandes paramentos instalados se aprecia un equilibrio claro de la composición pictórica, basado principalmente en la utilización de elementos geométricos, ornamentales y vegetales, tales como la flor de lis. Un arco de medio punto plasmado de manera simétrica llena los dos bloques centrales, que a su vez son escoltados con otros arcos de menor tamaño en los paneles laterales. Las columnas del mural, así como las pilastras de la cúpula, han sido decoradas con guirnaldas acorde al resto de la obra, predominantemente con lises y formas geométricas. Esta extensión de la intervención, sumada a la reducción del espacio, ha conseguido acabar con la sensación panorámica del altar, en favor de la verticalidad y de la integración de la bóveda en el conjunto.
En el zócalo inferior o banco del mural pictórico se dispone una creación alegórica con un importante simbolismo para la Archicofradía. Se encuentran representados los clavos y la escalera (atributos pasionistas); el cristograma JHS (Jesús, Salvador de los Hombres -Iesus Hominum Salvator-); AM (Ave María) y finalmente las anclas cruzadas, símbolo cristiano de la Esperanza. Sobre el mural aparecen los versículos en latín del Evangelio de San Lucas 1-31, que sintetizan la iconografía de los Titulares de la Archicofradía: Ecce concipies in sinu · et paries filium · et vocabis nomen ejus Iesum. El anuncio del Ángel a la Virgen María, que “concebirá y dará luz a un hijo” (referencia a la Virgen de la Esperanza) y “le impondrá el Nombre de Jesús” (Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso).
*Así es como era la Basílica antes de la reforma*